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Entre agua y fuego esta inscrito en el registro de la propiedad intelectual de Granada con el expediente GR-565-09.

sábado, 23 de enero de 2010

Capitulo 18: Profecía.

Hacía poco que me había percatado de que mis sentidos se habían desarrollado, lo habían hecho de forma lenta y apenas perceptible, pero, aunque seguía siendo igual de torpe, ahora era capaz de captar cosas que antes ni siquiera abría soñado. Fue el uso de mi mejorada capacidad auditiva lo me hizo despertarme, pero no abrí los ojos, mi olfato me aviso de forma muy eficiente que el aroma de la estancia se había intensificado, unido a la sensación de que alguien me estaba mirando, era evidente lo que encontraría al abrir los ojos. Finalmente lo hice de forma lenta y despreocupada, estirándome a la vez como un gato perezoso.
-La verdad,- comenzó la familiar voz desde los pies de la cama- cuando he pensado en ti ahí metida tenías bastante menos ropa.- con esas palabras mi papel de despreocupación se fue al traste y abrí los ojos como paltos. ¡Sería burro!.
-Como diría tu madre, ¿eso son formas de despertar a una señorita?- le reprendí, intentando contener la sonrisa, y es que había estado pensando en mi. -¿Tienes por costumbre desaparecer?- pregunte mientras salía de su cama en un intento de cambiar de tema.
- No es una costumbre, pero he de reconocer que suelo hacerlo cuando la madre me mi novia trata de matarme.-
-Perdona, pero la que intento matarte fue mi madre, y yo no soy tu novia.- esta discusión era absurda, y no es que me desagradase la idea de tener un papel así en su vida, pero a mí no me habían pedido opinión y no estaba dispuesta a que nadie eligiese por mi- Además, como ya habrás deducido, soy una afra, y no podemos estar juntos.- ni si quiera sabía porque había dicho eso, pero ya lo había hecho.
-Tienes razón en que los demonios y las afras no pueden tener relaciones que no sean como simple mecanismo de reproducción, pero,- su pausa dejo bien claro que ahora venía la parte interesante- los dos sabemos que tu no eres una afra.- como no sabía como continuar decidí que la indignación era el mejor camino.
-Afra o no- sonaba realmente irritada, lo estaba haciendo genial- a mi nadie me pido opinión para definir lo que hay entre nosotros, y eso es cosa de dos no solo de un demonio rarito.-
-Acabáramos, así que es eso, tendré que darle la razón a mi padre, da igual la especie si el sexo es femenino.- la sonrisa en sus labios era resplandeciente como si hubiese encontrado solución a todos los problemas del mundo. -Nalhué, ¿Te parece bien si …- en ese momento la puerta se abrió de forma alborotada y Clara apareció en ella muy alterada.
-Tenéis que ver esto.- su voz acompañaba a su aspecto. Cuando salí tras de ella siguiendo sus pasos Alejo se acerco a mi por detrás. Su aliento caliente sobre mi cuello altero todo mi cuerpo mientras, de forma delicada, dijo: -No te imaginas lo que me alegro de que estés bien-. Me quede parada como una tonta, el me adelanto con una sonrisa triunfal.
Otra de las puertas del pasillo resulto ser una magnífica biblioteca revestida por completo de pino. Centrada en la pared frente a la puerta había una chimenea enorme, y sobre esta una televisión, supuse que las noticia llegarían a través de esta, pero me equivoque. Clara fue directa a una gran pecera que había en uno de los laterales, Alejo la siguió, así que yo hice lo propio. Cuando los tres estuvimos entorno a esta la anfitriona movió las manos por la superficie, y del interior del agua empezaron a salir voces, las oía pero no conseguía entenderlas.
-La están buscando- Clara aclaro- es La Llamada Sagrada de nuevo, esta vez incluye llevarla de regreso, pero no me afecta, me imagino el porque.- el asintió totalmente de acuerdo, quizás yo también lo estuviese si alguien me lo explicase, pero parecían haberse olvidado de mí presencia, y hablaban de mi como si no estuviese.
Su hijo hizo lo que le tocaba, se acerco a la chimenea, paso la mano sobre las ascuas y estas prendieron al instante, acontinuación otro grupo de voces brotaron de estas, eran menos cantarinas y mucho mas graves, pero al igual que antes no entendí nada.
-Ellos no saben aun quien es, ni siquiera que las afras ya la encontrasteis, papá esta tranquilo pensando que estará entre una de mis misiones- ellos se pusieron a conversar, ninguno de los dos había desconectado lo que quiera que hubiesen hecho, y por algún motivo los sonidos de ambos lugares comenzaron a aumentar.
-¿Queréis apagar eso? Me esta volviendo loca- mi comentario parece que hizo que dejara de ser invisible, y ahora los dos me miraban sin parpadear.
-¿Oyes el agua?- Clara tomo la palabra.
-Si claro que la oigo, como para no hacerlo si grita como si la estuviesen matando, pero no entiendo nada, y si antes de que lo preguntes- corte cuando Alejo iba hablar.
-lo mismo me pasa con el fuego.- los dos asintieron y con pases de manos parecidos a los de antes el silencio se hizo en la sala. -Y ahora ¿Quién me explica porque me buscan?- los dos se miraron pero ninguno hablo -Ah- recordé en ese momento- y que tengo que ver con las misiones que te manda tu padre- mi dedo inquisidor apuntaba directamente entre los dos ojos naranjas en los que todo era iris.
-Vale- la afra parecía haber reunido el valor suficiente para contestara a mis preguntas -tu puedes solucionar el problema de la reproducción- mira que me esperaba cosas, no se, que había una enfermedad letal y yo era el antídoto, que eran una mutación extraña entre especies y debían eliminarme, que era un problema porque tenía poderes raro, lo que sea, pero esto era demasiado. Ante mi reacción el demonio se apresuro a completar.
-Ya sabes que necesitamos una especie de otra para reproducirnos, porque nuestros sexos van unidos a la especie- asentí -no se si sabrás que cuando hay cambio de especie y sexo el sujeto es estéril- lo anime a continuar- esto hace que una especie no pueda destruir la otra, ¿pero imaginas lo que ocurriría, si hubiese un sujeto capaz de dar a luz a niños de una especie, que independientemente del sexo fuesen fértiles?- vale, y ese sujeto era yo, eso me pasaba por preguntar, y lo que pasaría, pues muy sencillo, que si ya no se necesitaban y eran enemigos, no tendrían ningún problema en destruir a la otra especie. Alejo pareció seguir el curso de mis pensamientos, y inclino la cabeza con pesar.
-¿Por qué se odian las afras y los demonios?- sus caras atónitas dejaron muy claro que esta no era la pregunta esperada.
-Pues no se sabe,- la voz suave de la mujer estaba empapada por el cansancio -es de suponer que es cuestión de afinidad, a fin de cuentas el agua y el fuego se pueden considerar contrarios.-
-Tal vez contrarios- mis pensamientos fluyeron en voz alta y no me di cuenta- pero se necesitan mutuamente, tal vez no sea algo que se vea claramente, pero su unión guarda el equilibrio, si faltase uno el otro se destruiría por su propia inercia.- ambos me sonreían ahora estos cambios eran de locos.- Y bueno, ¿Por qué se supone que ese sujeto, como dices tu existe?, es más, ¿Por qué creen que soy yo?- evidentemente no era como ninguno de ellos, pero eso no quería decir que yo fuese el elemento restante en su plan de reproducción independiente.
-Hay una profecía, la cual, fue dicha hace mucho tiempo- lo que faltaba.
La cólera acudió a mi tras oír las palabras de Alejo. -¿Me estas diciendo, que toda mi vida se ha ido al traste, a causa de algo que dijo alguien hace no se sabe cuanto tiempo?- Ahora madre e hijo brillaban intensamente a mis ojos. -¿y porque se supone que soy yo, porque una especie que se extiende por todo el mundo están convencidos de eso?, no tengo nada en común con las chicas a las que entrevistas.- estupendo la acababa de cagar.
-Esas chicas- me respondió él como si no se hubiese percatado de que sabía algo que no debía saber -cumplen con la descripción de la profecía, pero parece que solo al sentido que le dio mi padre.-
-Así que para eso reunías con ellas para asegurarte de si eran "el sujeto", y luego entregarlas a tu padre para que las usase, ¿y si yo soy el sujeto, eso es lo que vas a hacer conmigo, utilizarme sin más?- la lagrimas brotaron de mis ojos, el llanto era incontrolable, me sentía tan sola, tan frágil. Las lágrimas de mis mejillas comenzaron a temblar, podía sentir como vibraban sobre mi piel, antes de que pudiera reaccionar el agua de la pecera siguió el mismo movimiento. Ninguno de mis acompañantes parecía darse cuenta, pero yo la estaba viendo moverse, con cada vibración aparecía algo extraño, hasta que estas se unieron para forma imágenes claras. Aspir, seguida por mi madre y algunas afras más salían por la puerta de la hermandad. Llevaban sus espadas colgadas a la espalda y invocaban al agua para buscar mi esencia. Algo en mi interior me grito que no tardarían mucho, odiaba huir de mi madre, pero sabía que era lo que tenía que hacer.
Durante mi desconexión los ojos presentes en la sala se habían posado en mi. La voz que salió de mi garganta distaba mucho de ser la mía, pero aun así fue suficiente.
-Vienen a por mí, lo he visto, el agua me lo ha mostrado.- la admiración en Clara se hizo evidente.
-Una visión, una visión en el agua, ni siquiera la Sacerdotisa a conseguido algo así, aunque claro, tampoco es tan de extrañar cuando desafiaste su magia en la hermandad y rompiste La Llamada Sagrada.-
-Yo también estoy sorprendido mama, pero ahora hay que marcharse- ambas asentimos y los tres nos pusimos manos a la obra. Mientras recogíamos las cosas que parecían necesarias un deseo que no había tenido antes de saber de la famosa profecía me inundo, pero con lo que había ocurrido hacía poco mi orgullo no me permitía preguntar, la curiosidad tendría que esperar.

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